Distintos lenguajes se integran, en un único videoarte, con el objeto de interpelarnos sobre el Amor. Palabras, con significados ocultos, danzan por la pantalla, producto de haber sustraído las letras que componen el vocablo ‘amor’. Así, se transforma, muta, lo que originalmente era un cuento de amor. Luego, un posible desencuentro, producto del temor al sufrimiento, se expresa en código binario. ¿Acaso, en occidente, no vemos la vida bajo ese código? Finalmente, con una mirada desde oriente, aparecen algunos hexagramas del I Ching. La sinergia de los símbolos elegidos pueden acercarnos al amor …. pero cuando ese amor se pierde, ¿que nos queda?.